jueves, 20 de marzo de 2014

Médicos (I)


Anécdotas protagonizadas por médicos.

Un estudiante de medicina gallego y algo patoso. El profesor de Ginecología le preguntó de sopetón:
- A ver. ¿A qué temperatura pondría usted las irrigaciones vaginales?
- A ochenta gradus – contestó el alumno.
- ¡Por Dios… que me la va a escaldar!
Y el gallego, sin inmutarse, machacó:
- ¡Baju ceru!

                                                                                                            

La posición Trendelenburg.

Friedrich Trendelenburg (1844-1924) fue un famoso cirujano alemán. Entre las muchas aportaciones de este cirujano, sin duda la más conocida es la posición de Trendelenburg. Consiste en inclinar la mesa o camilla donde está el paciente de forma que los pies suben y la cabeza baja. Esta maniobra mejora la circulación y es practicada diariamente por miles de médicos en todo el mundo. A menudo, los médicos acortan el nombre de la posición y se refieren simplemente al Tren. En la época en que la anestesia no había llegado al grado de especialización que goza hoy en día, la administraban los practicantes. Aquel día anestesiaba el ayudante del ayudante del segundo practicante. Es decir, alguien que no tenía ni idea. En un momento de la operación, el Dr. Piulachs pidió que le pusieran al enfermo en Tren. El practicante, ni caso. El doctor volvió a decir, con voz más alta:
- Tren, por favor.
Nada.
Amenazante, el cirujano le miró a los ojos y le espetó:
- Venga, hombre. Le he dicho que haga el Tren.
Y el practicante, ni corto ni perezoso, flexionó los brazos y empezó a moverlos en círculos, adelante y atrás, mientras decía:
- Chuff, chuff, chuff. Piiip…

                                                                                                            

La enferma se presentó ante la doctora del seguro y le dijo:
- Mire, a mí me acaban de hacer una histerectomía con salpingoplastia…
La doctora al oírla hablar pensó que la paciente debía trabajar en el ramo de la salud - enfermera, auxiliar de clínica… - pero la enferma prosiguió:
- … pero a mí lo que me pasa es que me pica la alcachofa.

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