La música es una ocupación que empieza en los años juveniles y, aunque hay muy pocos poetas, pintores u hombres de ciencia que hayan realizado obras maestras antes de los veinticinco años, apenas si se encuentra un músico notable que no haya producido obras importantes antes de llegar a esa edad.
Georg Friedrich Händel |
La mitad de las obras de Mozart fueron compuestas antes de cumplir los veintiún años; Beethoven era director de ópera a los dieciocho; y Schubert escribió dos sinfonías, tres óperas, gran cantidad de música de cámara, obras religiosas y ciento cuarenta y seis canciones a los dieciocho años.
La obertura de Mendelssohn Sueño de una noche de verano fue compuesta cuando su autor tenía diecisiete años; a los nueve Meyerbeer gozaba de fama de virtuoso del piano y el padre de Bellini decía repetidamente que su pequeño Vincenzo había estado escribiendo música mucho antes de la edad en que Mozart había aprendido el Padrenuestro.
A los nueve años, Liszt dio su primer concierto; y a los doce se estrenó su ópera Don Sancho en París. Cuando Hermann Levi dirigió la primera sinfonía de Ricardo Strauss, éste acababa de cumplir los diecisiete.
Piotr Ilich Tchaikovsky |
— ¡La música! —gemía y se lamentaba—, ¡la música! La tengo en la cabeza. No me dejará descansar. ¡Por caridad, libradme de ella!
George Gershwin, a los seis años, permaneció cuatro horas descalzo frente a un parque de atracciones con los ojos desmesuradamente abiertos, escuchaba una y otra vez el retintín de una pianola que tocaba la Melodía en fa mayor de Rubinstein.
Edward Elgar, a la edad de diez años, yacía, soñando, sobre la hierba, junto al río. Había dibujado cinco líneas paralelas sobre un pedazo de papel. Todos sus nervios estaban en tensión; estaba intentando transcribir la canción que el viento hacía cantar a los juncos.
Todo esto constituye un récord espléndido y deslumbrante, pero la otra cara de la medalla es horrible.
A la edad en que Shakespeare escribió el Hamlet, Schubert hacía ya cinco años que descansaba en su tumba; cuando Leonardo da Vinci empezó a trabajar en La última cena, se encontraba en una edad en que Mozart hacía más de siete años que estaba muerto; y Beethoven había sido enterrado quince años antes de cumplir la edad que contaba Galileo Galilei cuando concluyó sus Dialoghi delle nuove scienze.
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